Portada del National Enquirer de 20/09/1977
En la página 57, el escritor Chris Fuller publicó un artículo de dos columnas, incluyendo una foto de la gente que tomó la fotografía.
En la página 57, el escritor Chris Fuller publicó un artículo de dos columnas, incluyendo una foto de la gente que tomó la fotografía.
Robert Call estaba listo con su cámara cuando el coche de Elvis se detuvo en la puerta de entrada de Graceland en Memphis. La gente gritaba: "¡Elvis, Elvis !". De repente, en el interior del coche, el Rey del Rock sonrió y saludó a Abby Call, la hija de cuatro años de edad de Robert.
Y fue entonces cuando tomó la fotografía... la última foto de Elvis con vida.
Eran las 12:28 de la mañana del 16 de agosto. Apenas unas horas más tarde, Elvis sería hallado muerto.
"Estábamos muy emocionados cuando mi marido tomó la foto", dijo Nancy, la esposa de Call, "pero no nos imaginamos que sería la última toma de Elvis".
"Nunca olvidaré la manera en que sucedió. Elvis conducía el automóvil. Había una mujer sentada frente a él y dos hombres atrás. Yo cargaba a Abby en mis brazos, la tenía casi pegada a la ventanilla del coche".
Ella estaba gritando ¡hola! con una sonrisa de oreja a oreja. Elvis sonrió, entonces paró por un segundo, y la saludó. Fue entonces cuando mi marido tomó la foto.
Más tarde, ese día oímos en la televisión que Elvis había muerto. Acabábamos de ver a este hombre riendo, sonriendo y saludando."
Los Call, quienes viven en Pierceton, Indiana, habían ido a Memphis, porque "yo estaba decidida a obtener imágenes de Abby y los otros niños en la casa de Elvis para mi álbum", dijo la señora Call.
La señora Call, contó como la pequeña Abby reaccionó a la muerte de Elvis con un comentario conmovedor. Ella dijo:
Y fue entonces cuando tomó la fotografía... la última foto de Elvis con vida.
Eran las 12:28 de la mañana del 16 de agosto. Apenas unas horas más tarde, Elvis sería hallado muerto.
"Estábamos muy emocionados cuando mi marido tomó la foto", dijo Nancy, la esposa de Call, "pero no nos imaginamos que sería la última toma de Elvis".
"Nunca olvidaré la manera en que sucedió. Elvis conducía el automóvil. Había una mujer sentada frente a él y dos hombres atrás. Yo cargaba a Abby en mis brazos, la tenía casi pegada a la ventanilla del coche".
Ella estaba gritando ¡hola! con una sonrisa de oreja a oreja. Elvis sonrió, entonces paró por un segundo, y la saludó. Fue entonces cuando mi marido tomó la foto.
Más tarde, ese día oímos en la televisión que Elvis había muerto. Acabábamos de ver a este hombre riendo, sonriendo y saludando."
Los Call, quienes viven en Pierceton, Indiana, habían ido a Memphis, porque "yo estaba decidida a obtener imágenes de Abby y los otros niños en la casa de Elvis para mi álbum", dijo la señora Call.
La señora Call, contó como la pequeña Abby reaccionó a la muerte de Elvis con un comentario conmovedor. Ella dijo:
"Apuesto a que va a ser un ángel."
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