El legendario rockero argentino Charly García salta de la planta 9 del hotel Aconcagua de Mendoza (Marzo del 2000 Argentina).
Cuánto tiene la pileta?, gritó Charly García al joven bañista desde la terraza del hotel Aconcagua. Tres metros de hondo..., contestó L. R., siete pisos más abajo. Y García se tiró sin escuchar el final de la frase del bañista: ...pero recién la están llenando.
Charly se despidió ayer de su tumultuosa visita por Mendoza con un salto de 20 metros desde el noveno piso del hotel hasta el segundo, donde está la piscina. Eran las 12.30 cuando subió a la terraza. Con una malla roja, descalzo, la cara pintada con manchas blancas y rojas y cargando dos muñecos -una repisa para CD con una cabeza de gato siamés y un inflable del gato Silvestre-, amenazó con saltar.
Pero antes probó con los muñecos. El gato de madera golpeó el costado de la piscina y se desnucó. El inflable de Silvestre, sin embargo, cayó en el medio de la piscina. No te tirés, gritó el bañista al músico. L. R. (19 años) contó que cayó de espalda casi sentado, y subió a la superficie como si nada hubiese pasado.
Me gusta tirarme, comentó García a los periodistas. Definió su salto como clavadismo al mejor estilo Acapulco.
Le preguntaron por la sensación. "¿La sensación?... El vacío, y después el agua mojada. ¿Miedo? Sí, un poquito, pero si no no tiene gracia".
Charly se despidió ayer de su tumultuosa visita por Mendoza con un salto de 20 metros desde el noveno piso del hotel hasta el segundo, donde está la piscina. Eran las 12.30 cuando subió a la terraza. Con una malla roja, descalzo, la cara pintada con manchas blancas y rojas y cargando dos muñecos -una repisa para CD con una cabeza de gato siamés y un inflable del gato Silvestre-, amenazó con saltar.
Pero antes probó con los muñecos. El gato de madera golpeó el costado de la piscina y se desnucó. El inflable de Silvestre, sin embargo, cayó en el medio de la piscina. No te tirés, gritó el bañista al músico. L. R. (19 años) contó que cayó de espalda casi sentado, y subió a la superficie como si nada hubiese pasado.
Me gusta tirarme, comentó García a los periodistas. Definió su salto como clavadismo al mejor estilo Acapulco.
Le preguntaron por la sensación. "¿La sensación?... El vacío, y después el agua mojada. ¿Miedo? Sí, un poquito, pero si no no tiene gracia".
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